martes, 28 de julio de 2009

"Salvados por una guerra: El thatcherismo y sus enemigos útiles"

Cuando Friedrich Hayek regresó de una visita a Chile, estaba impresionado con Pinochet y los Chicago Boys. Escribió a su amiga Margaret Thatcher para persuadirla en aplicar el modelo de Chile a la vieja economía keynesiana británica. Thatcher tendría una sólida amistad con Pinochet, al grado que lo visitó mientras estuvo detenido en el Reino Unido, acusado de crímenes de genocidio, tortura y genocidio.

A comienzos de los 80 comenzaron a desmoronarse varios regímenes autoritarios, depuestos por regímenes democráticos que rápidamente nacionalizaron la banca y controlaron precios. El sueño del mercado libre global del proyecto capitalista de Friedman comenzaba a ponerse en riesgo.

Sin embargo ocurre un provecho imprevisto pero promisorio. Argentina invade las Islas Malvinas (Falkland) que era de dominio británico. La guerra que duró 11 semanas, seguramente no tuvo mayor repercusión histórica, por cuanto las Islas Malvinas eran en realidad pequeños territorios y el conflicto en sí se resolvió rápido. Sin embargo esta contingencia le permitió a la Thatcher aplicar un programa de transformación capitalista radical en una democracia liberal occidental.

Posteriormente este respaldo ciudadano le permitió además reprimir con fuerza una huelga de trabajadores de empresas de carbón que permitían la calefacción y la iluminación de Gran Bretaña. Derrotado el "enemigo interno" comenzó un sistemático proceso de privatización de empresas del Estado: British Telecom, British Gas, British Airways, British Airport Authority y British Steel. Gran Bretaña se transformó en el primer país del mundo, con una sistema democrático de gobierno y no monopartidista donde se comienza a dar forma al capitalismo económico.

En 1982 Friedman escribe: "Solo una crisis -real o percibida como tal- produce un verdadero cambio". "Nuestra función básica: Desarrollar alternativas a las políticas existentes y mantenerlas vivas y disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en políticamente inevitable".

Los seguidores de la Escuela de Chicago de un modo similar estaban utilizando la teoría bolchevique que la hiperinflación, al anular el valor del dinero acerca a las masas a la destrucción del capitalismo, pero en signo contrario en lo que se denominó "la hipótesis de la crisis".

Estados Unidos por su parte a comienzos de los 80 estaba cruzando por una crisis económica que no le permitía aplicar la terapia de shock de Friedman, sin embargo Naomí Klein señala que en Latinoamérica surgirá un segundo doctor shock que vendrá a consolidar las ideas capitalistas.

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